3 DE ABRIL DE 2010
La recuerdo como ahora, siempre ha sido la misma, a pesar de de la decena de hijos que tuvo; vivía frente a la casa donde me crié en El Chiverre, hoy llamado pomposamente Barrio San Antonio.
Cuando tuvo su último hijo (El famoso "Wicho"), su esposo, Mito, que era "brequero" en el tren al Atlántico, sufrió un grave accidente allá por Línea Vieja (El sector entre Siquirres y Guápiles): pasando de un vagón a otro se cayó, y aquel hombre soportó el paso de los vagones por su cuerpo y sus piernas, que lo postraron en el hospital por meses. A Teresa como estaba "recién mejorada" (*) no le dijeron nada, prefieron inventarle que Mito seguro se había ido con otra. No fuE sino meses después que le comunicaron la verdad, cuando aquel hombre moreno (sin ser negro), alto y fornido, le dieron la salida del hospital, con una mala referencia médica: no volvería a caminar. Pero pudo más la fuerza de voluntad y años después, aunque con dificultad, Mito logró caminar de nuevo, e incluso llegó a desempeñarse como vigilante nocturno en la Escuela Goicoechea. Vivió con su familia hasta que otra enfermedad, muchísimos años después de aquel terrible accidente, se lo llevó.
Teresa ahora no solo crió a sus hijos e hijas, sino a muchos de sus nietas y nietos. Se comprometió hasta el tuétano con la Iglesia Católica y es de ir a misa todos los días (Y a pesar de que el Padre Manuel le prohibió que gritara durante la consagración "Señor mío y Dios mío), ella sigue haciéndolo, en el marco del silencio sepucral que debe tener aquel acto.
Si usted tiene un novenario, el rezo del niño o trisagio o rosario para agradecer o pedir la intercesión de algún santo o santa, puede contar con ella, eso si,sin exigirle que recorte nada, pues apegada al librito que le heredó su madre (Rafela Panelas como la llamábamos, (Librito que es el antecedente de los libros digitales de ahora, del "bluetooth" o "infrarrojo" pues se lo pasó mentalmente, nada de por escrito)), dice todo lo que tiene que decirse, "no como algunas, que por quedar bien con los que quieren terminar rápido para pasar a la comedera se brincan un montón de cosas", dice.
En cualquier procesión que se convoque ahí está Teresa, y no puede faltar claro está a las procesiones de Semana Santa.
A pesar de pasarse tan ocupada, siempre que llego a casa de mi padre y madre, sea en la mañana, al mediodía o en la tarde, se aparece en el corredor de su casa para darme su saludo: el mismo desde hace 50 años. ¿Cómo hace para estar en todo? Me pregunto, a lo mejor sin darnos cuenta tiene algo de la Santísima Trinidad.
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