27 DE ABRIL DE 2010
Ya todos la conocen: en cualquier conversación algo tiene que decir, y a veces lo dice con palabras que incluso no existen.
Sentada atrás en el carro, ponía atención a lo que explicaba el conductor, profesor de español, de vasta cultura y rico léxico, que alababa el programa de cambio de deuda externa por oxígeno.
Y se dejó venir ella: ¿Y en que cisternas haremos la exportación del oxígeno que vamos a cambiar por la deuda externa?
Silencio sepulcral, a la espera de que ella misma soltara la carcajada, creyendo que lo había dicho en broma, pero que va, ya más seria, le dice al de la vasta cultura:
-Con tanto conocimiento usted y no puede responder a mi pregunta: ¿Y en qué cisternas haremos la exportación del oxígeno que vamos a cambiar por la deuda externa?
Siguió hasta el fin del viaje el silencio sepulcral.
No comments:
Post a Comment