Vienes 1 de julio de 2008
Siempre hemos destacado la vocación de servicio y profesionalismo de nuestro Benemérito Cuerpo de Bomberos. Sin embargo, nos extrañó el pasado viernes, mientras recorríamos como miles de costarricenses las calles de los alrededores de la Basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles, encontrarnos a un integrante de dicho cuerpo avanzando de este a este en un cuadraciclo, en medio de aquel mar de gente. Creí en principio que andaba en alguna misión especial en ese momento.
Sin embargo, poco después, transitaba de igual forma en sentido de oeste a este. Parecía entonces que andaba en una labor rutinaria de recorrido lo que nos pareció totalmente inapropiado por el peligro para los romeros de que aquel aparatejo los majara y la contaminación ambiental, con gases y sónica. ¿Qué pasa si a nuestra policía y a los miembros de la Cruz Roja se les ocurre hacer lo mismo? Como dijo una voz anónima por ahí: NADA QUE VER.
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