Sábado 9 de agosto de 2008
ZONAS PROHIBIDAS PARA PARTICULARES EN LA IGLESIA CATÓLICA
Para determinar potenciales ajedrecistas, me dí una vuelta por las aulas de catequesis en el Templo de Nuestra Señora de Ujarrás. Ni tocaba puertas ni llamaba a nadie, solo miraba y me dí cuenta que a nadie distraje.
Casi saliendo, se me acerca una innominada y me pregunta:
-¿A quién busca?.}
La verdad, que a un o una potencial ajedrecista, pero como no sé quién es le respondo:
-Aún no sé.
Entoces, molesta me dice:
-Le informo que ésta es zona prohibida para particulares.
-De veras, qué pena, tan pocos que vamos quedando y nos echan de la Iglesia. Con razón son cada vez menos los que se casan en la Iglesia; son cada vez menos los que van a misa, con posiciones como la suya todo tiene explicación.
Entonces se metió a la sacristía a buscar consejo, porque estaba convencida de que que había metido la pata.
IRRESPONSABILIDAD ANIMAL.
La ley es muy clara al establecer que todo perro, principalmente de aquella raza calificada como peligrosa, debe andar con bozal si se le pasea por sitios públicos.
Como muchas cosas en nuestro país, eso no se cumple; para ejemplos, basta con levantarse un poco temprano y recorrer parques o barrios.
Pero el colmo sucedió en la feria del agricultor en Paraíso. Un tipo se paseaba entre los compradores y vendedores con un perro de alta peligrosidad.
Al advertirle, su respuesta fué: -Comprále vos el bozal-. Y comenzó con una diatriba de improperios dirigidos a todos y todas las que le reclamaron su imprudencia.
Solo se calló y se fué, con el rabo entre las patas cuando por ahi le gritó: -Pobre ignorante, si no fuera porque tiene la capacidad de pensar, hablar y caminar sobre los dos piernas, uno no podría distinguir a quien debería ponerle el bozal.
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