No era necesario tener una bola de cristal para saber lo que sucedería en los primeros días de lecciones correspondientes al calendario escolar 2007. Alumnos sin maestros, maestros sin nombramientos.
En el Centro Nacional de Didáctica (CENADI), las filas han sido interminables todos estos días. Educadoras que pasan en ellas hasta doce horas, aceptan el sacrificio porque logran llevarse el nombramiento. Dos días después de haber estado laborando en la escuela que le asignaron, aparece la persona nombrada en propiedad en esa plaza y comienza de nuevo el calvario: horas de fila y al final una gran desilución: no se puede hacer nada, fué un error, tiene que esperar.
¿Cuánto pierde el país en horas-hombre/mujer en esas interminables filas? Y eso se presenta no solo al inicio del curso lectivo, hemos podido constatar ese desperdicio de tiempo en distintos meses del año, donde opera la dirección nacional de personal del Ministerio de Educación Pública.
Son alentadoras las palabras del Director General del Servicio Civil don José Joaquín Arguedas, en el artículo que publica hoy en el periódico La Nación, "Paremos esta ignominia" (http://nacion.com/ln_ee/2007/febrero/07/opinion986736.html), pues con el apoyo del Ministro Garnier, se va a retornar en la materia que hoy nos ocupa al camino lógico, razonable, legal, justo y por lo tanto dignificante para el educador costarricense.
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