En el libro "La Iglesia y el sindicalismo en Costa Rica", se hace referencia a un joven sacerdote que desplegó una importante labor de organización campesina en la zona de Tucurrique, Pejivalle, San Miguel, El Congo, Sabanillas, Taus, El Humo. De eso hace más de cuarenta años.
Ese joven sacerdote, José Roberto Rodríguez Quesada, nunca ha dejado de lado luchar por los sectores más necesitados de nuestro país.
Hoy, pensionado, está entregado a legarle a las futuras generaciones, un espacio en que se conserve la flora y la fauna, el aire puro, el agua cristalina. Poco a poco, sin otro interés que el de servir, ha ido adquiriendo, cerca de La Selva, Cantón de Jiménez, terrenos destinados a ese fin.
En ellos, hoy verdaderos santuarios, que abarcan ya 83 hectáreas, y que en la práctica ha sido traer hasta el camino que lleva de Quirí (Orosi) a La Selva (Jiménez) el límite del Parque La Amistad para bien de la humanidad, se refleja como se puede ser coherente entre el pensamiento y la práctica inspirándose en los más altos valores del humanismo cristiano.
Gracias Roberto por ese aporte, expresado en esa gran finca: MADRE TIERRA.
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