El torneo de la UNCAF, lo mismo que el campeonato nacional de fútbol, se caracteriza por resaltar la mediocridad. Bien lo dijo el entrenador nacional Hernan Medford al arribar a tierras salvadoreñas.
Por ejemplo, en el grupo de Costa Rica, integrado además por Honduras y Panamá, clasifican dos equipos a la segunda ronda y automáticamente a la Copa de Oro. El tercero, o sea el último, se juega en un partido con el tercero del otro grupo, donde están El Salvador, Guatemala, Belice y Nicaragua el otro cupo a la Copa de Oro. Como se dice en el argot futbolístico, una selección como la costarricense fácilmente alcanza la meta. Esto es mediocridad.
Ya está demostrado que la competencia es el mecanismo idóneo para impulsar la superación, y en materia futbolística, competir contra equipos superiores en estrategia, táctica, técnica y organización. De lo contario Costa Rica podrá seguir siendo el rey, pero bien lo dice el viejo adagio, en un un grupo de mediocres el que sobresale un poquito es rey.
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