Martes 10 de junio de 2008
Pasé a la Municipalidad de Paraíso a pagar la mensualidad por el servicio de agua, la recolección basura, la limpieza de calles y caños y el mantenimiento del parque. El reloj marcaba las 7.27 a.m. y atendían público a partir de las 7.30 a.m.
A esa hora en punto se presentó la oficinista, se sentó, comenzó a sacar el dinero que le habían asignado, lo contaba y lo guardaba, terminado eso, procedió a encender la computadora y registrarse. En compañía de mi vecino Memo Mena, me animé a pedirle que me atendiera pues ya habían pasado las 7.30 a.m.
Sin ningún reparo se despachó en decir que tenía que cumplir con todos los procesos de contar el dinero, encender la computadora y registrarse, y que lo hacía a partir de las 7.30 porque ahí no regalaban ni una pizca de tiempo. ¿Regalar tiempo? ¿Y el que le hacen perder a los usuarios por esa actitud? Qué lamentable escuchar lo descrito de una funcionaria municipal, que se supone se debe a los clientes. Nos imaginamos que en la tarde deja de atender minutos antes de la hora de salida pues ella no regala ni una pizca de tiempo.
Primero, debería contratarse personal con otra mística y otro compromiso; segundo, ampliar el horario de entrada y de salida y que las horas de atención al público no se vean disminuidas por posiciones lamentables como las aquí descritas.
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