Miércoles 17 de julio de 2008.
Les alcancé, les sobrepasé y la pregunta no se hizo esperar: "Where is Punta Mona"; la verdad es que ni idea, además, no estaba en mi destino para ese día. "I don´t know, excuseme". Y seguí por la trocha, hasta el punto que parecía intransitable, por lo que tomé la decisión de girar hacia la playa. Aquella pareja de estadounidenses de norteamerica volvían a aparecer en mi camino. La misma pregunta y la misma respuesta.
Intrigado les invité a buscar Punta Mona juntos. Creo que me entendieron, pero sentían temor.
Y estaba en otra playa y ahí llegaron, solo que con una diferencia. Yo estaba decidido a encontrar Punta Mona, ellos habían desistido. Se da la casualidad que más adelante están "esnorqueleando", como no puedo pasar por la playa debido al obstáculo de un risco, me adentro por el sendero de la montaña y llego hasta ellos. Le meto conversación al botero. Es de Manzanillo y me indica que Punta Mona está a 2.5 kms aproximadamente de ese punto. Con la guía de mi GPS me encamino hacia allá. ¡Oh sorpresa! Una finca muy cuidada, con zacate fino y recortado me recibe. En la casa, el hombre de barba blanca que tiene treinta años de vivir ahí me dice que estoy a treinta minutos de Punta Mona. Un único rótulo en todo el camino me indica que debo devolverme para poder llegar a mi destino. De nuevo, playas, riscos, montañas y de pronto el lugar maravilloso de Punta Mona, siendo disfrutado por cinco parejas de jóvenes que lo tienen todo a su disposición.
Allá, en la única casa, el serio hombre que se enamoró de esa playa en 1950 y se casó con ella. En lontananza, Gandoca, "a donde usted puede llegar en carro y se viene caminando por la playa hasta aquí, y ya aquí podemos llevarlo a pescar, o a pasear en kayak o simplemente dedicarse a disfrutar el sol, el mar y la arena, en cualquier parte de este inmenso espacio que nos ofrece la maravillosa naturaleza", dice, y sin que nos obligue, nos sentimos comprometimos a volver pues es extraordianario lo que a uno le espera en Punta Mona.
Llegué, la conocí, lamentablemente quienes me inspiraron para ponerme el reto de llegar hasta ella desistieron, quizás por temor a éste simple mortal, que tan solo sueña.
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