Jueves 17 de julio de 2008.
Ir a Manzanillo trae aparejada la obligación de almorzar o comer donde Maxi. La hora de espera vale la pena, a pesar del martirio que significa ver pasar en ese tiempo tan variados y deliciosos platos, de las más diversas comidas, destacándose la langosta, el rice and beans y los patacones.
Si a ello unimos la oportunidad de escuchar a Luis Ángel Castro, con sus canciones del caribe, sus mensajes comprometidos con las causas nobles, la crítica certera y el ritmo contagioso, nos podemos dar más que por satisfechos.
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