Lunes 30 de junio de 2008
Aún tengo muy presente aquella imágen, allá a principios de la década de los 70, cuando en un partido San Ramón-Paraíso, Chemín Ramos, portero de los primeros chocó con un compañero, quedó lesionado y dejó la bola suelta, lo que aprovechó uno de los hermanos Chaves para encarrerarse hacia el marco y anotar: era Fello, encargado de la distribución desde la mediacancha, quien por lo general encontraba siempre bien ubicado a su hermano Bernardo, centro delantero y el goleador del equipo.
Años después, ya retirado del fútbol oficial, nos acompañó en la aventura de consolidar un equipo que los sábados combinara viejas y nuevas figuras. Él debutó con nosotros en aquel primer compromiso en San Martín de Juan Viñas con el Deportivo Ramón Segura.
Se caracterizó siempre por ser un ganador, aunque fuera en una mejenga, daba siempre hasta lo último por salir triunfador y así se lo exigía a sus compañeros de equipo, así lo demostraba también en los partidos de fútbol siete en la cancha Las Brujas, donde también incursionamos.
Cuando semanas después nos enteramos que había sufrido un serio accidente de tránsito que lo tenía postrado en un hospital, estábamos convencidos de que podría salir adelante gracias a ese espíritu de lucha que siempre le ha caracterizado.
Poco a poco se va recuperando, lo que nos alegra y satisface, como a todos los que a lo largo de décadas hemos compartido con él: los viejos compañeros del Paraíso Fútbol Club reunidos en el equipo de veteranos Cinco Siglos que fundó y animó, del Deportivo Ramón Segura y su filial de fútbol siete y muchos otros equipos que disfrutaron de su calidad futbolística y su calidad humana.
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