Hace 32 años, cuando dirigíamos un periódico en el Liceo de Paraíso, abordábamos el tema del servicio que le brindaba la soda a los estudiantes. Nos preocupaba no solo la higiene, sino la calidad de los productos expendidos. La "comida chatarra" ya era una amenaza aunque el término aún quizás no había sido acuñado.
Años después, cuando nos llamaron a servir en la Junta Administrativa de la Escuela Goicoechea, nos correspondió seleccionar a la persona responsable de administrar la soda escolar. Las y los candidatos hacían énfasis en las ofertas de su compromiso de vender productos con un alto contenido natural, balanceados, capaces de contribuir con una sana práctica alimenticia de los estudiantes, limitando al máximo la "comida chatarra": aquella con altos porcentajes de componentes artificiales e hidrogenados.
Actualmente, en el Liceo de Paraíso, las hermanas Ramírez Meza tienen varios años de administrar la soda escolar. Su preocupación ha sido constante por brindar un servicio de gran calidad, con productos que incorporan un alto grado de elaboración casera en la línea de lo que podríamos ya casi llamar una marca posicionada entre los paraiseños: la de Cuyita, todo bajo estándares de higiene que las más altas normas exigen.
Sabemos que mantener esa línea es difícil, pues se debe lidiar con la maquinaria propagandística multimillonaria de la "comida chatarra" y a veces de personas que tal vez, sin mala intención, se prestan para el juego.
Ojalá el Liceo de Paraíso y muchos otros tengan por bastantes años servidoras como las hermanas Meza Ramírez, por el bienestar y la salud integral de nuestros jóvenes estudiantes.
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