Domingo 5 de octubre de 2008
Ahora es muy fácil concertar rápidamente un cita para tomarse un café: un mensaje utilizando el celular a una familia interlocutora y ya está.
"Si me invitan a un café yo llevo el pan".
Lamentablemente la respuesta no llegó en el momento oportuno: 4 p.m. No fué sino hasta las 5.15 p.m. que vibró el telèfono, señal indiscutible de que estaba entrando un mensaje.
"Venimos llegando de misa, estamos haciendo el café, llegate".
Ya no era posible, estábamos en otros menesteres.
"Lamentablemente mientras ustedes buscaban el alimento espiritual, yo buscaba el alimento material. Mientras ustedes se preparaban para la vida celestial, yo lo hacía para la vida terrenal. En otra será".
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