Nos apersonamos a la oficina del Banco Nacional en La Sabana a cambiar un cheque en dólares que nos habían endosado. En realidad el monto era insignificante, menos que el salario mínimo de un obrero no especializado de la industria de la construcción.
Verificadas las firmas, emitido el recibo que hace constar el cambio de dólares a colones y rubricado éste, la cajera se excusa diciendo que ya regresa llevándose el cheque a consulta. Nos imaginamos el proceso: Llamada al banco donde se abrió la cuenta en dólares; aquí suministran el teléfono de la oficina donde se emitió el cheque; realizada la llamada se verifica que el cheque fué emitido correctamente; con dicho dato se solicita el teléfono de la persona que endosó el cheque, localizada ésta, confirma que no tiene nada que reprochar, quien lo está cambiando es el autorizado.
El autorizado para cambiarlo mientras tanto, como ha pasado mucho tiempo, había hecho una nota diciéndole a la cajera que lamentablemente no podía esperar más, que si lo desea, deposite el dinero en su cuenta corriente y le deja el número correspondiente y que más tarde o al siguiente pasa por el recibo y la cédula.
Tomada por sorpresa, la cajera llama al supervisor y le explica lo que le está sucediendo. El supervisor llama al que estaba cambiando el cheque y trata de explicarle que se ha actuado según los procedimientos, y por eso la cajera duró tanto. Dice además, que no puede acceder a hacer el depósito pero por excepción lo han realizado.
Hay que esperar a ver las caras largas a la hora de retirar la cédula, el recibo del cambio de los dólares y el recibo del depósito: ¿Harán un drama?
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