Viernes 12 de diciembre
Consciente de que su paso por este mundo estaba llegando a su fin, no dudó en desprenderse poco a poco de sus pocos bienes. Así, le entregó a Ignacio, mi cuñado, el radio Phillips en el que escuchó sus primeras grabaciones. Ahí lo tenemos ahora, como una reliquia, que de vez en cuando reproduce Cabaretera y Luces de Nueva York.
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