Mar 8, 2009

PIER LUIGI COLINA Y EL SEGURA FUTBOL (XIV)

En un partido en Santa Rosa de Oreamuno, en las faldas del Volcán Irazú, al llegar noto que un jugador del equipo contrario está en la cantina del pueblo y se echa un trago de Cacique "extrai".

Ese día, como en muchas otras oportunidades, me tocó hacer de árbitro, actividad sumamente difícil más si uno llega con el equipo visita y lo han visto girar instrucciones al grupo de jugadores que va a alinear.

Todo normal en el primer tiempo y parte del segudo, cuando me indican que el equipo local va a hacer un cambio. "Sale Cajeta y entra Cañanga". Cañanga es al que vi tomándose el trago. Primer jugada en que participa y comete foul. Lo llamo y le pido abandonar el partido, diciéndole al dirigente del otro equipo que no lo estoy expulsando, que puede sustituirlo. Se viene Cañanga bravísmo y me dice: "Por qué me saca, ni le hice nada". Le contesto: "Lo saco no por la jugada, sino por el estado etílico en que se encuentra y no me lo vaya a negar". Me reprocha: "¿Como lo sabe?". "Muy sencillo" le digo: "¿Usted ve fútbol internacional?". "Claro que sí". "Entonces: ¿ha visto a Pier Luigi Colina?". "Claro, el mejor árbitro del mundo, no me diga que usted es como él", me dice en tono burlón. "Pues no, pero fíjese que hace poco coincidí con él en un Hotel cerca del Paseo de la Castellana en Madrid, España, claro que lo saludé y me regaló este pito que sirve para hacer alcoholemias, sóplelo y verá". Se lo pone en la boca Cañanga y nada que sonó. "Ve, usted está hasta las cachas, no solo se ha metido uno sino como mínimo dos tragos de Cacique, fuera o se acaba el partido". El dirigente local ya había consultado con el cantinero y efectivamente había comprobado que Cañanga la empezó antes de tiempo y le dijo que yo tenía razón, que tenía que salir y así fué. Lo del encuentro con Colina es verídico, lo del pito para alcoholemias fué una ocurrencia en el momento para sacar del partido a Cañanga, por el peligro que significaba para él y los contrarios dejarlo jugar en esas condiciones. Claro, Cañanga se comió la yuca que le metí.

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