Jueves 27 de noviembre de 2008
Podemos hablar de tres niveles en la práctica del ajedrez: el recreativo, el formativo y el competitivo.
Por muchos años nos hemos dedicado a la enseñanza del ajedrez entre niños, jóvenes y adultos, en nuestro Club en Paraíso de Cartago.
Habíamos dejado el ajedrez competitivo en 1976, cuando clasificamos a segunda división a nivel nacional. Lo retomamos participando con el Club de Ajedrez del Instituto Nacional de Seguros a partir de 1998, compitiendo en el Torneo Nacional por Equipos. Lo volvimos a dejar en el 2002 y regresamos con el Equipo de Paraíso a ese mismo torneo hace dos años.
Entre esos lapsos, nos dedicábamos a la enseñanza y a la promoción del juego ciencia.
Ahora, hemos retomado el ajedrez competitivo, participando en el torneo clasificatorio de segunda división avalado por la Federación Central de Ajedrez y organizado por la Asociación de Cartago.
El ajedrez competitivo requiere no solo de preparación teórica, sino de preparación física. En las tres primeras partidas (Dos empates (Valverde y Monge) y una derrota (Durán)), se ha puesto de manifiesto la importancia que tiene la condición física: Estar en cada partida por más de tres horas frente al tablero solo es posible gracias a actividades diarias practicando atletismo o haciendo gimnasio. Para enfrentar una competencia ajedrecística se debe tener buena preparación, en lo mental como en lo físico.
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