Debido al problemático sistema de transporte en nuestro país, ya sea el público o el privado, nos vemos obligados a preveer hasta dos horas para trasladarnos de Paraíso a Rohrmoser.
Por lo tanto, para entrenar de cara a algún próximo evento atlético, debemos estar en la carretera a las 3.40 a.m. equipados con luces reflectivas por aquello de un conductor desprevenido, por no decir otra cosa.
Creímos ser los primeros en estar en esas lides, pero no. Un día, era Carlos Piedra el que ya iba en nuestra misma ruta, ese día también, venía un desconocido bien abrigado con bufanda, bordón y perro y hoy, Benigno Torres, ya de regreso, lo que quiere decir que por lo menos había salido a las 3 de la mañana. Bien dice el viejo adagio: por uno que se levanta temprano, otro que no se acuesta. Si no que lo diga La Leona, bien sentado en el parque a esas horas y no precisamente con una botella de agua bendita en la mano.
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