26 de abril de 2008
De San Pedro Sula debe uno trasladarse a La Ceiba, en Honduras. Minutos después hacia el norte existen varios complejos hoteleros, de esos todo incluído, que con varios días de estar hospedados en ellos se da uno cuenta que todas las comidas tienen el mismo sabor.
Con buen tiempo y una lancha adecuada, se llega a los Cayos Cochinos en unos veinte minutos.
En una de sus islas se encuentran las oficinas administrativas y el hospedaje de los guardaparques. En otras, restaurantes y centros de alojamiento para los turistas.
El paseo originalmente planeado se suspendió por el mal clima. Debido a que tuvimos que quedarnos un día más pues el avión de TACA no salió a tiempo de la revisión de rutina a que lo sometieron, se improvisó un viaje a los famosos Cayos.
La lancha, con un motor inapropiado, hizo el trayecto de quince minutos en más de una hora.
Al regreso, comenzó a fallar la bujía y muy pronto se quedó sin gasolina, quedando a la deriva ya casi al anochecer y bastante lejos tanto de tierra firme como de las isletas. "El capitán" se comunicó con el dueño para que le trajera combustible y aseguraba que estaba en camino, lo que no comprobábamos con nuestros avistamientos desesperados hacia la costa.
Cuando finalmente llegó ya era de noche y ahora el problema era entrar a la desembocadura del río que pasa al lado de Armería donde desembarcaríamos. Con improvisadas señales de algunos vecinos se logró el cometido, culminando un imprudente viaje a unos de los más hermosos sitios del litoral hondureño, que por lo acontecido no pudimos disfrutar plenamente.
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