Jul 29, 2007

DEL CONFITE O LA GALLETA A LOS PLANOS Y LOS PERMISOS PARA ENGAÑAR.

De niños, nos enseñaban nuestros padres a no hablar ni recibirle nada a extraños por los peligros eminentes que ello acarrearía. Se fue formando en nosotros la idea de aquel que podía acecharnos y hacernos algún daño: el sátiro.

En nuestra sociedad, esos peligros aún persisten ahora en formas más sofisticadas. Pero la que se lleva las palmas es la utilizada no para engañar a niños o niñas sino para robarle al pueblo.

Es muy sencilla. Controlando información, como por ejemplo, los dineros disponibles para la construcción de un edificio que albergue algún Liceo de segunda enseñanza, contactan a los miembros de la Junta Administrativa y les ofrecen los planos de construcción y gestionar los permisos totalmente “gratis”. Ganada la confianza por la bondad demostrada, se crean las condiciones para que quien se adjudique la construcción de la obra ya tenga nombres y apellidos.

Durante el proceso constructivo, maniobra tan hábilmente que logra convencer a los de la Junta Administrativa para que le regalen el material que debió ser removido para preparar el terreno donde se levantarán las edificaciones. Material que resulta ser muy valioso para utilizar como relleno en otra construcción y que extrae en gran cantidad de vagonetas y que vende a muy buen precio.

Estamos ya no ante el niño o la niña incrédula que por un confite o por una galleta se deja engañar, sino ante la Junta Administrativa que a cambio de los planos de construcción y los permisos se deja embaucar.

Conocido el engaño, vienen las investigaciones, las justificaciones y los formalismos, como la del diputado, que acepta como válido que el constructor se compense por lo que aportó en planos y permisos que se lleve millones de colones en materiales que pertenecían a la comunidad, o la del Alcalde y su asesor legal, que pide archivar el caso porque no se dio el debido proceso.

Es lamentable que existan personas que se pongan la camiseta de la ayuda comunal para buscar su único beneficio personal.

Es nuestra responsabilidad seguir advirtiendo a nuestros niños y niñas del peligro de los sátiros y a las Juntas Administrativas de Liceos en proceso de construcción del peligro de algunos “bondadosos” que están a su acecho para engañarlos, sacar provecho y perjudicar a la comunidad.

Ojalá que en la realidad no se esté dando un caso como el aquí apuntado, de lo contrario, que todo el peso de la Ley caiga sobre los involucrados, siguiendo el debido proceso para que los Alcaldes y sus asesores legales no tengan argumentos para liberar de pena y responsabilidad al que engañó y a los que ingenuamente se dejaron engañar, si es que no hay compadre hablado por debajo.

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