Algo ha venido cambiando en el mundo y en nuestro país en los últimos años, mientras hay más producción de riqueza, su distribución es cada vez más desigual. No hemos sido capaces de mantener, al menos en Costa Rica, algo que nos caracterizó y nos hizo ser un país diferente: actuando apegados a la solidaridad se abrían cauces para que discurriera la justicia social; así, existían oportunidades de movilización social para importantes sectores de la sociedad costarricense.
Lo anterior implicaba, sin ninguna duda, la posibilidad de obtener recursos de los sectores de mayores ingresos para que por medio de adecuadas políticas públicas estos se transformaran en obras y servicios para los de menores ingresos, facilitándoles oportunidades para su crecimiento, superación y desarrollo.
Estamos ante la encrucijada de que si continuamos como hasta el momento, seguirá el mundo y el país creando más riqueza, pero con ello más miseria y desesperanza; o nos comprometemos a impulsar verdaderos cambios para hacer efectivo el bien común y que el desarrollo sea para todos.
Lo anterior implicaba, sin ninguna duda, la posibilidad de obtener recursos de los sectores de mayores ingresos para que por medio de adecuadas políticas públicas estos se transformaran en obras y servicios para los de menores ingresos, facilitándoles oportunidades para su crecimiento, superación y desarrollo.
Estamos ante la encrucijada de que si continuamos como hasta el momento, seguirá el mundo y el país creando más riqueza, pero con ello más miseria y desesperanza; o nos comprometemos a impulsar verdaderos cambios para hacer efectivo el bien común y que el desarrollo sea para todos.
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