IMPRESIONANTE VOLCÁN TURRIALBA.

Antes de las 9 a.m. y a partir de la Central, donde incluso subsiste el viejo teatro, comenzamos a caminar para llegar al Volcán Turrialba. Un día nublado no permitía que nuestra vista pudiera contemplar el coloso. Hora y cuarenta y cinco minutos después, llegábamos al mirador, después de haber recorrido seis kilómetros. El camino lastreado permite incluso llegar sin dificultad con un vehículo fuerte. Que parques nacionales tenga personal destacado ahi le permite al visitante durante todo el camino encontrar rótulos con información apropiada, y tener a su disposición unos sencillos pero adecuados servicios sanitarios y mesas y bancas para compartir solidariamente esos almuerzos que saben distintos cuando todos aportan.

Se puede descender hasta el cráter por un camino bien demarcado, y encontrar límites de acceso a áreas peligrosas. Las fumarolas en la pared sur nos divierten con sus ingeniosas figuras que se van a jugar allá a lo alto con la neblina y las nubes. Por aquí y por allá, otras pequeñas fumarolas calientan al visitante a esos más de 3300 msnm y hasta se prestan para animarnos a cantarle feliz cumpleaños a doña Grace ( http://www.youtube.com/watch?v=TTNw8-ruS8Q ) que se fué con nosotros a celebrarlo allá en las alturas.

Antes de regresar a la Central, cada uno de los dieciseis integrantes del grupo reafirmó su compromiso y camaradería para seguir aportando con su presencia que seguirá descubriendo y queriendo cada rincón de ésta hermosa tierra.

Ya en la Central donde en el Cafécito Danza con Nubes se volvió a armar la tertulia alrededor de un café, una aguadulce o un chocolate bien calientes, o escuchando a doña María hablarnos con propiedad de la historia de la hacienda, de sus proyectos para conservar el espiritu de pueblo rural que ahí prevalece, de la consolidación de la Escuela El Volcán o de los avances que muestra la construcción del tempo, el Volcán Turrialba decidió destaparse, y magestuoso lo tuvimos ahí a la vista, en el patio, impresionante, como al alcance de la mano, invitándonos a que volvamos a su encuentro.