Teníamos años de no ver jugar a nuestra Selección Nacional de Fútbol como ésta noche. Presión permanente sobre el rival, pases verticales, jugadas de lujo pero eficaces.
Tres factores convergieron para el éxito: una excelente disposición técnica, jugadores entregados plenamente a la causa actuando en equipo y una afición metiéndole presión al equipo contrario.
Tres a uno incluso dice poco con repecto a lo que sucedió en la cancha; y los tres excelentes goles. Qué manera de quitarse rivales por parte de Saborío y su visión para colocarla lejos del arquero Howard. La combinación de pared entre Ruiz y Sirias dejó atónitos a los estadounidenses, que prácticamente solo les quedó ver como la hundía Celso y para finalizar, en espacio corto, y a puro regate, la última obra maestra a cargo de Herrera.
¿Qué sigue? Sostenibilidad: mantener la capacidad demostrada en los partidos que vienen.
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