Con el triunfo categórico de Mente Activa, finalizó el Campeonato Nacional de Ajedrez por Equipos. De último momento tuvo que trasladarse la sede del Parque Recreativo del Norte al Club de Leones de Moravia por razones de fuerza mayor, según explicó el Vicepresidente de la Federación, Diego Redondo, haciendo equilibrio en una silla para dirigirse a la concurrencia que no terminaba de asimilar las condiciones en que debia jugarse, no solo porque casi no había espacio para colocar los relojes y mucho menos las planillas.
Pero ese no era el principal problema, nos preguntamos: ¿Se valoró por parte de los organizadores lo que hubiese ocurrido ante una emergencia, en un salón, en un segundo piso, con solo una salida y reuniendo mucho más gente que la capacidad declarada del inmueble?
Son pequeños detalles pero que ante una tragedia se vuelven inmensos: la responsabilidad civil en que incurren los organizadores ante un siniestro. Porque ante una catástrofe no es solo expresar lamentos, es responder ante la ley; y el Presidente de la Federación Central de Ajedrez, don Rafael Mora, lo sabe muy bien por su dominio de la materia de seguros. Esa es la realidad de nuestro ajedrez, quizás algo cambie si aparece un mecenas comprometido con el juego ciencia: ¿Será don Carlos Arroyo, del Grupo Mapache, que incursionó este año con el equipo que ocupó el segundo lugar? El tiempo nos lo dirá, por lo menos por ahora compartió con los jugadores, las familias y los amigos y amigas ajedrecistas, las condiciones en que se desarrolló la última ronda del máximo evento a nivel nacional por equipos del ajedrez costarricense.
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