Hace unos años, en un curso de ajedrez en Paraíso se apareció el director de una escuela privada en Cartago, pero vecino de Paraíso: Mynor Miguel Agüero. Completó con lo programado y jugó el torneo que se organizó como actividad de clausura. Mynor quedó entusiasmado por lo que el ajedrez podría aportar en la formación de los niños y con entusiasmo lo introdujo en su escuela.
Ahí comenzaron a destacarse los hermamos Sergio y Andrés Durán: pronto jugaron el primer torneo a nivel escolar en Paraíso y en las eliminatorias de los juegos estudiantiles.
Con el apoyo de su padre y de su madre, Sergio y Andrés no solo eran destacados estudiantes, sino comprometidos, valiosos y buenos ajedrecistas. Pronto iniciarían una carrera brillante hasta coronarse campeones nacionales en sus categorías, que han repetido este año.
Con motivo del curso de ajedrez que se está impartiendo en Oreamuno, Sergio aceptó nuestra invitación para dar una simultánea. Enfrentó a 22 jugadores/as y contra todos/as salió victorioso. ¿La fórmula para ser campeón? le preguntaron en el acto de clausura: "Estudio y deseos de ser siempre mejor". Con solo 13 años, Sergio es todo un ejemplo para niños y jóvenes, una muestra de que ajedrez y educación son una combinación idónea, y que con una adecuada organización y aprovechamiento del tiempo se puede salir adelante con las tareas que demanda el ajedrez de alta competencia y las exigencias de la educación formal.
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