MIERCOLES 29 DE ABRIL DE 2009
Procedente de Cancún, México, un costarricense adulto mayor, no presentaba síntoma alguno que le hciera sospechoso de portar el virus de la gripe porcina. Lamentablemente, le corresponde, por azahar, tener que abrir su valija para una revisión de rutina. Al momento de hacerlo, siente que algo le molesta en la garganta y tose y estornuda, para que lo hizo.
Los inspectores del Aeropuerto Juan Santamaría que le atendían sonaron las alarmas, lo aislaron, le llevaron una silla de ruedas, lo obligaron a sentarse en ella y lo cubrieron con una manta. Inmediatamente llegaron las cámaras de televisión a hacer las tomas respectivas y él alegando: pero solo fué porque algo me causó como alergia. No tenía derecho a nada. Inmediatamente a la ambulancia, en el hospital, los exámenes de rigor, y auque no tenía ningún síntoma le decretaron cuarentena. Ahora el pobre, es el centro de todos los reportajes televisivos en Costa Rica de como actúan las autoridades aeroportuarias ante la pandemia que azota al mundo. ¡Ahhh, exagerados, no!
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