Toda ayuda estatal a las familias en situación de pobreza, pasa por el riesgo de no llegar a quienes realmente la necesitan. O que quienes no la necesitan, echen a andar toda su creatividad para evadir los controles para beneficiarse.
Hoy escuchamos a dos madres conversando sobre el tema. Una preocupada por los atrasos en los depósitos bancarios de la beca que beneficia a su hijo con el programa Avancemos, y la otra consolándose, porque aunque pasa por la misma situación, está segura que resueltas las trabas burocráticas le llegarán todos los meses atrasados, para comprar la computadora o los regalos de navidad.
Ambas, de familias con propiedades cafetaleras, que aunque pequeñas, les generan ingresos como para no requerir de las ayudas del programa Avancemos. Lamentablemente, como estos, muchos casos. En el fondo, un problema de transgresión ética, claro, según la escala de valores prevalecientes.
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