1 DE SETIEMBRE DE 2010
Con sorpresa me he dado cuenta que la Quebrada La Máquina se alimenta de dos afluentes: Uno, el que viene de la conocida como Finca Borbón y que inmediatamente a la salida de ésta está entubado y supuestamente pasa por debajo de la calle; y dos, el que viene de los potreros ubicados 100 metros al norte de la Pejivallera Tucurrique, pasa por tubos la calle y se desplaza entre casas (Patio de algunas y jardín de otras) hasta juntarse con el anterior, y entrar a la propiedad de la familia Rodríguez Sanabria (entubado) y salir poco antes, ya libre, cerca del puente de piedra de la vieja línea del tren.
Ante una llena más allá de la capacidad de dichos afluentes, el agua correrá por las calles en el mejor de los casos, los patios y jardines de las casas y de ser mucha el agua, por el interior de las casas, con los consabidos daños materiales.
Esta Quebrada ya generó no hace muchos años serios daños: el más reciente, el corte total de la calle ubicada 50 metros al norte del Templo de Los Mormones y hace unos años, "se tragó" varias casas, una contiguo a la sede de la Cruz Roja y otra (dos veces en pocos años) en el sector conocido como Florencio del Castillo (Antiguo Barrio La Gallera o Poza del Padre).
Lo anterior demuestra que inofensivos riachuelos pueden convertirse en importantes armas destructivas de la naturaleza, por culpa de quién, de quienes se meten en sus cauces.
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