Apr 10, 2010

CARR Y SU DON DE SERVICIO




17 DE MARZO DE 2010


Cuando entró la llamada a mi celular la voz era de tragedia, conforme me contaba, la angustia, la desesperación, la impotencia nos abrigaban.

La leve esperanza de que hubiese sido un pequeño accidente y que al siguiente día fuese encontrado con vida se desvaneció poco antes de la medianoche: sus compañeros de trabajo en los rápidos del Río Pacuare así lo presentían y lo sufrían.

Un joven a punto de cumplir 25 años, Carr Pechtel Molina, se caracterizaba por el don de servir, hacía pocos años se lo habia demostrado a una amiga de mis hijas.

En un recorrido en bicicleta por Carrillo, Guanacaste, ella sufrió un accidente, al caerse y rasparse varias partes del cuerpo. Mi hija Diana le pidió que fueran a la casa de Tía Enoe, pero no quiso y lloraba ahí a la orilla del camino.

Poco después, Carr, a quien le contaron lo sucedido, y sin tener idea siquiera de quien era la accidentada, llegó con lo básico en primeros auxilios hasta donde estaba la joven, convencido de que si no le limpiaba las heridas a aquella joven podría verse afectada por una infección.

Carr sabía que era su deber hacer algo, como lo hizo tambíén el día de la tragedia, cuando se lanzó al agua a rescatar a tres turistas que iban en la balsa bajo su responsabilidad.

Cuentan nuestros indígenas que al morir las mariposas transmiten mensajes divinos, como aquella azul que permanentemente ahora recorre el Río Pacuare para reafirmarnos que Carr aún sigue con nosotros: su papá, su mamá, su hermana, su abuela, sus tías, su tío, sus primos y primas, su novia, sus amigas y amigos, los que a coro le entonamos su canción favorita "Knocking on heavens door" cuando le dijimos hasta pronto.

1 comment:

Junior said...

Es un mensaje increible, pero aun mas increible la amistad y la felicidad que Carr nos dio! Dios lo tenga a su lado y nos cuide!!!