(Foto con fines ilustrativos. Los personajes no se corresponden con los citados en el texto).JUEVES 2 DE JULIO DE 2009
El cura lo anunciaba en todas las misas del domingo: "Dentro de una semana Mister Moring le regalará la cogida de café a la Iglesia para que terminemos el templo. No se puede quedar nadie en la casa". Y así era, cientos de manos recolectaban miles de cajuelas que llenaban decenas de carretas primero, después chapulines y en tiempos más recientes camiones.
Lo que se hubiese pagado por la recolección de todas las cajuelas de café es lo que recibiría la Iglesia, el café recolectado sería de Míster Moring. El pueblo no entendía mucho, pero creían en las palabras del cura: "Es un gran filántropo". "¿Gran filántropo?" mascullaba el Tío Beto, quien nunca quiso apuntarse a ese engaño y prefería vivir tranquilo y feliz a pesar de las excomuniones recibidas.
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