29 DE JUNIO DE 2010
Habiendo superado la parte más difícil del trayecto: bajar el carro sin frenos desde Altos de Araya a La Guaria, en coordinación con el mecánico tomamos la decisión de manejar hasta Paraíso, no sin antes pasar por la casa del maestro que andábamos buscando y dejarle dicho que necesitábamos hablar con él.
Para bajar un poco la adrenalina por lo sucedido, llamámos a casa de nuesto primo Gustavo, para visitar a sus hijas, las gemelas Valeri y Nicolle, y revisar como les estaba yendo con el aprendizaje del ajedrez (Hacía poco cumplieron años y les regalamos un juego). A cambio, nos prepararon un suculento café con empanadas (tortilla rellena con frijoles y queso, doblada a la mitad) que disfrutamos a lo máximo.
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