No es de sorprender que el fuerte oleaje del domingo en la noche hiciera que el mar llegara hasta el Parque Vargas en Limón. Lo que si sorprende es que a pesar el eminente peligro, muchos limonenses en vez de buscar lugares seguros, quisieran ser testigos presenciales de lo que ocurría, acercándose peligrosamente al tajamar. Así, se exponían a pasar de testigos a víctimas. Lo mismo sucedió con un reportero televisivo, que quiso acompañar su nota periodístico poniendo como telón de fondo el Mar Caribe, y su susto se llevó junto con el entrevistado al alcanzarles una ola. Esa manía de querer meterse en la boca del lobo. Después todos tenemos que lamentarnos.
No comments:
Post a Comment