EL BOYEO: UNA CULTURA

22 de octubre de 2012 Desde niñas o niñas, mirando a sus padres, dejándose llevar por sus consejos, de pronto están inmersos en el fascinante mundo del boyeo. Muchos se inician con la escogencia de la yunta de bueyes, y van creciendo como crecen también los animales. Van aprendiendo como aprenden los animales. Poco a poco, comienzan a compenetrarse. Desde que los llevan a algún desfile, solo unidos por un mecate, ya son tres: él o ella que los guía, y ellos dos, que pronto se dan cuenta que deben caminar a un mismo paso, detenerse a la señal de su amo, acostumbrarse a otras yuntas que van adelante o atrás de ellos. Después, cada uno con su yugo por separado, luego, compartiendo el yugo; finalmente, aprendiendo a llevar la carreta. En cada uno de esos pasos: el boyero joven aprende del boyero experimentado. Luego, cada quien comienza a darle particularidad a los adornos de la carreta, de los bueyes y a su tipo de vestimenta, que dependerán de la ocasión y circunstancia: travesía por pueblos y montañas o desfiles en la ciudad.